Se conoce
como isótopo a las
variedades de átomos que
tienen el mismo número atómico y
que, por lo tanto, constituyen el mismo elemento aunque tengan un diferente
número de masa. Los átomos que son isótopos entre sí tienen idéntica cantidad
de protones en el núcleo y
se encuentran en el mismo lugar dentro de la tabla periódica.
Cabe destacar
que gran parte de los elementos químicos cuentan con más de un isótopo. Apenas
veintiún elementos, como el sodio,
tienen un único isótopo natural. Es posible dividir los isótopos en isótopos estables e isótopos no estables o radiactivos.
Para que un
isótopo sea radiactivo,
debe exhibir una proporción entre su cantidad de neutrones y de protones que no
resulte propicia para mantener la estabilidad del núcleo. La noción de
estabilidad, de todas maneras, no es muy precisa ya que hay isótopos que se
consideran como casi estables gracias a un tiempo de neutralización
extremadamente largo.
El isótopo
radiactivo cuenta con un núcleo
atómico inestable ante el equilibrio existente entre los protones y
los neutrones. Esta misma característica hace que emita energía cuando muta de forma hacia condiciones más estables.
Los isótopos no estables experimentan un periodo de desintegración donde la
energía es emitida como rayos beta, alfa o gamma.
Los isótopos radiactivos artificiales son
utilizados en la medicina
con diversas funciones, como la detección de bloqueos en
los vasos sanguíneos. Los isótopos radiactivos naturales, por su parte, se utilizan para
establecer cronologías.
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