miércoles, 5 de septiembre de 2012

Efectos de la radiación en los seres humanos


¿Qué son y dónde están las radiaciones?
Las radiaciones son un tipo de energía que forma parte de la naturaleza. Por ejemplo, gran parte del material del suelo es uranio y las estrellas también emiten radiación, especialmente el sol. Además de en el medio ambiente, también se encuentra en aplicaciones artificiales, como la energía nuclear y ciertas aplicaciones médicas (radioterapia).
Radiación solar

¿Cómo las absorbe el cuerpo?
Hay muchos tipos de partículas en las radiaciones, pero las que más abundan son las de tipo gamma, que atraviesan sin dificultad los tejidos e impactan en el ADN de las células, donde se pueden provocar mutaciones celulares y dar lugar a diversos tipos de cáncer.
La radiación también se puede inhalar. Esta vía tiene un agravante, porque el elemento químico entra en el cuerpo, puede metabolizarse y permanecer durante mucho tiempo descargando radiaciones. El plutonio, por ejemplo, se puede fijar en los huesos y los pulmones, llegando a originar diferentes tumores.

Plutonio
¿Qué riesgos suponen para la salud?
La radiación controlada no representa ningún riesgo. De hecho, las radiaciones conviven con nosotros, en hospitales, en industrias, en ciertos gases. Además sirven para tratar el cáncer (radioterapia) y para diagnosticar muchas enfermedades (radiografías).
Las repercusiones dependen de la distancia a la que se encuentre cada persona, su sensibilidad y, por supuesto, de las dosis y los materiales radiactivos emitidos.

Radiografías del cráneo, vistas anteroposterior y lateral
¿Qué tipos de efectos tiene la radiación en el organismo?
Hay que distinguir en primer lugar entre la exposición puntual a altas dosis (100 milisieverts), que puede provocar efectos agudos en poco tiempo (como malestar, quemaduras en la piel, caída de pelo, diarreas, náuseas o vómitos), y los daños acumulados, que pueden causar problemas de salud más graves a largo plazo (cáncer).                                                                

Estos efectos tienen que ver con la capacidad de las radiaciones ionizantes para provocar cambios en la estructura de las células, es decir, para alterar su ADN; algo que no ocurre con las radiaciones no ionizantes (como las de infrarrojos).
¿Qué radiación recibimos normalmente?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona recibe unos 3 milisieverts a lo largo de todo el año, el 80% a través de fuentes naturales de radiación (como ciertos gases que puede haber en el terreno), y el otro 20% a través de procedimientos y pruebas médicas.

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